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Dos Evocaciones Históricas

Inicio esta galería de mujeres trascendentes para la vida de mercedes con la evocación de Doña Luisa Ballejo de Gómez, esposa del donante de las tierras donde se asienta nuestro pueblo, el Sargento de Milicias, Don José Maria Gómez, con quien contrajo matrimonio entre 1817 y 1823(no hay seguridad acerca de cual es la real, pues ambas fechas figuran), y que fue madre de 9 hijos: Eugenio, Dionisia, Andrea, Anastasio, Justo, Maria Inés, Juan de Rosa, Buenaventura y Jerónimo. Me imagino que habrá sido una de esas mujeres que, con la timidez y recato propios de la educación de su época, pero con la decisión magnifica que le daba la conciencia de estar cumpliendo su deber de madre y esposa, acompaño a su marido a poblar éstas tierras paiubreras, cuando vino a vivir acá “ desde San José de las Lagunas Saladas, solicitando terreno el 25 de junio de 1824 para afincarse desde el arroyo burro al arroyo Valenzuela (que corría en la propiedad de don Bernardo Valenzuela, antiguo hacendado y protector del caserío indio de las Garzas”). El arroyo “Las Garzas” servia de límite este terreno, en una extensión de una legua por dos leguas, y sobre este fue donado el predio para que se asiente el pueblo.
Se dice que cuando falleció doña Luisa Ballejo de Gómez fue sepultada en la Sacristía de nuestra Iglesia. No es difícil imaginar que, desde la ventura de la Eternidad, junto a su esposo, mirara cuanto ha crecido aquel legado que fue el inicio del asiento oficial de nuestra querida ciudad.
La otra figura histórica que rememoro es la de doña Juana Francisca Díaz de Madariaga, hija de doña Bernabela Cáceres y de don Francisco Díaz- quien se había establecido en mercedes en 1860- y que se caso con Pedro Gregorio Madariaga, descendiente de una familia de gran actuación social y que participo en las campañas contra Rosas en 1848.
Fue cabeza de una gran familia tradicional de Mercedes, y su nombre es recordado a todo quien ingresa a nuestro Templo Parroquial, pues en las magnificas puertas que le dan entrada se lee la inscripción: “Donada por Doña Juana Fca. Díaz de Madariaga e hijos”. Además, su retrato que se encuentra en la galería de entrada a la escuela parroquial que lleva su nombre, nos la muestra con un aspecto sencillo, casi humilde, cubierta su cabeza con un manto negro, que completaba su atuendo de viuda que, desde que murió su esposo, jamás abandono.
Antes de finalizar esta breve reseña de Doña Juana Francisca Díaz de Madariaga quiero destacar que dono importante parte de sus bienes al entonces Obispado de Corrientes, y decidió que una gran fracción de campo que lo componía se destinase a la creación de una Escuela Agraria, lo cual no se cumplió pues al crearse el Obispado de Goya, separándolo de lo que hoy es el Arzobispado de Corrientes, muchos predios fueron enajenados a particulares. Debió esperarse hasta el 4 de julio de 1982, a que en la Municipalidad de Mercedes, el Gobierno Provincial firmase la escritura de adquisición de un campo sito sobre avenida San Martín (acceso oeste), destinado al mismo fin que aquel que la Sra. Díaz de Madariaga, había soñado mas de medio siglo atrás, pues su previsora mirada había avizorado la enorme necesidad que tendría Mercedes de un instituto de enseñanza especializada de tal índole: su amor a esta tierra y a sus hijos había determinado que su visión del porvenir se adelantase a su tiempo.