2012-11-17 Rescatando Lo Nuestro: "El Gaucho Argentino". Por Horacio Antúnez
José Hernández
Cuando los españoles llegaron a estas tierras y vivieron junto a los indígenas, en la época de las luchas y la fundación de pueblos, apareció un personaje que haría de la llanura el escenario de su vida: el gaucho. En la pampa se multiplicaba en libertad el ganado que habían traído los primeros colonizadores. Los indios todavía eran un peligro y el paisaje dilatado presentaba, a la vez una incitación a la contemplación, y la aventura.
El gaucho fue, así, amante de la soledad y el peligro, de la vida ruda y de la sencillez de costumbres. Todo esto izo que tuviera ánimo valiente, fuera ingenioso sobrio, fuerte y, antes que nada, un celoso y ardiente defensor de la libertad individual. Este modo de ser del gaucho, el habitante típico de nuestras llanuras: pasó posteriormente a conformar, en gran medida, al carácter de los argentinos. Su vivienda era un rancho de paredes de barro mezclado, con paja, formando amplio alero. Con frecuencia, el arriero, tropero o resero, que conducía ganado, dormía a la intemperie, a campo raso. La pulpería o almacén era su lugar de reunión. Allí pulsaba la guitarra, y cantaba, pasando momentos de descanso después de las duras tareas que realizaba, enlazando toros o potros y boleando ñandúes, cuya pluma vendía al pulpero o cambiaba por comestible .Junto a su caballo formaba una sola cosa, porque el caballo era su compañero en la soledad de los campos y lo ayudaba en sus tareas.
Después del 25 de mayo de 1810, cuando el país tuvo que defender con las armas su libertad, recién conseguida y muy amenazada, los gauchos participaron decididamente en la lucha. La habilidad que su vida cotidiana le había dado se puso al servicio de la revolución: su valentía ya conocida, su destreza de jinete, su conocimiento del suelo, hicieron del gaucho un ejemplo de soldado. Guió a los ejércitos a través del territorio y formo parte de ellos en el alto Perú en la defensa de nuestra frontera norte bajo el mando del General Martin Miguel de Güemes y en la fabulosa empresa del cruce de los andes conducido por el General Don José de San Martín. En Corrientes en las luchas civiles y la invasión paraguaya, en defensa de la provincia nuestros gauchos o paisanos se alistaron en el ejército y defendieron con coraje y valentía la libertad y la autonomía de la provincia de Corrientes.
El Sentido de la tradición
Todas las expresiones humanas, individuales o colectivas traducen el alma del hombre. La tradición trasunta la del hombre hecho pueblo, del hombre campesino o de la ciudad. La tradición nuestra es la textura psicológica del pueblo, y por eso caben en ella las formas de comunicación: la poesía el canto, la música, la pintura, el baile, las creencias, los mitos, los juegos, los sucedidos, las narraciones…El nítido perfil del ser argentino ha de buscarse en todas estas manifestaciones del alma popular. El 10 de noviembre de 1834 en la antigua chacra de Pueyrredon, en la provincia de Buenos Aires, nació José Hernández, quien se convertiría en uno de los más grandes defensores de la población campesina. Paso toda su niñez en el campo, donde aprendió a conocer los secretos que encierra y de los hombres que lo habitaban, esos gauchos bravíos, hábiles jinetes, capases de llevar una vida simple y tranquila, indomable e independiente.
Otro gran poeta argentino, Leopoldo Lugones, propuso que se celebre el Día de la Tradición, como una muestra del deseo de volver la vista hacia el pasado para nutrirse de sus enseñanzas para la trayectoria futura.
Noble y rica la tradición argentina, como nobles y ricas son las esencias espirituales que la nutren. Por vía de España y por vía de lo indígena, hermanadas y constantemente unidas ha nacido todo ese tesoro de costumbres, bailes y canciones que se hubieran perdido para siempre, sacrificado a las tendencias de imitar lo extraño, y someterse a los modelos que en cada momento gozan de atractivos , sin el esfuerzo de tantos que se lanzan a la búsqueda de lo nuestro para indagar con ojos argentinos la realidad de nuestro pasado, y que rescata de su injusto olvido al personaje prototipo de la entraña criolla, el gaucho argentino que gano la libertad con su tacuara, cuyos descendientes abren hoy, el surco de la tierra generosa en el camino de la paz y la prosperidad.
“Para saber hacia dónde vamos debemos recordar de dónde venimos”. El Día de la Tradición es una ventana abierta hacia un pasado que nos honra y del que debemos extraer enseñanza, experiencias y alegrías. Porque tradición significa “traer”. Desde entonces el Día de la Tradición se celebra todos los años, con cálida adhesión popular y decidido apoyo de los poderes provinciales en el día 10 de noviembre, aniversario del nacimiento de José Hernández, el autor del Martín Fierro, nuestro poema nacional por excelencia.