2009-09-24 Rescatando Lo Nuestro: Historia De La Construcción De La Iglesia Nstra. Sra. De Las Mercedes (última Parte)
Fiesta Patronal en la década del 60
El templo Parroquial Nuestra Señora de las Mercedes es una construcción de mampostería revestida en piedra rosada, traída de las canteras de Itá Pucú, el maestro cincelador de piedra Ramón Carné tuvo la tarea de seleccionar y cincelar las piedras personalmente.
En 1881 se inauguró la nave principal, en 1904 el altar mayor, en 1913 se inició la construcción de la casa Parroquial, en el mes de julio de 1920 se terminó de construir la primera torre, hasta que en 1922 se construyó la segunda, tomando así la fisonomía actual. En su interior se destaca una excelente obra de arte, el cofre que guarda el santísimo sacramento y los altares finamente trabajados en madera.
Las tres campanas fueron donadas por las señoritas Leonor y Mercedes Madariaga, adquiridas en Europa, su tañido se escuchaba a varias leguas a la redonda; por decisión de los donantes estas campanas llevan los siguientes nombres: la mayor, Juana Francisca, y las dos menores, Leonor y Mercedes respectivamente.
El 13 de abril la comisión Pro templo resuelve terminar el frente de la Iglesia revistiéndola con piedra, y colocando en su frente una verja, esta obra estuvo a cargo del Sr. Succi; el mismo año se funda el Colegio Parroquial San José bajo la dirección de Las Carmelitas, este colegio fue creado por el Padre Prieto, brindándole educación a los niños, proporcionándoles desayuno diariamente y en ocasiones especiales ropas, calzados y útiles escolares.
En el año 1926 se decide la colocación de un reloj público en una de las torres. El altar de San Roque que se halla al costado izquierdo de la capilla, perteneció a la familia Madariaga quien lo había traído al país para instalarlo en su capilla privada y debido a un error de cálculo no pudo ser entronizado; esta familia que brindó permanentemente su colaboración en la construcción de la Iglesia, decide donar a la parroquia, el altar construido en mármol de Carrara traído especialmente de Italia. Con respecto a la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes quien preside las procesiones Patronales, según datos orales, estuvo depositada hasta la década de 1950 en casa de la familia Duhagon, en calle San Martín y Chacabuco, luego fue trasladada al Colegio Hermana. Finalmente fue llevada y depositada en su lugar definitivo al costado izquierdo de la puerta de entrada del Templo Parroquial, la Hermandad mandó luego construir una vitrina de vidrio para resguardar la imagen de la Santa Patrona para que pudiera estar expuesta a la devoción de los fieles.
El Sr. Federico Rainero publica en su libro, Presencia y Memoria que en aquel entonces, como el traje que vestía la imagen estaba muy deteriorado por el paso del tiempo, las señoras Emma Brouchou de Ansola y Luisa Brouchou de Ansola donaron la tela para hacer uno nuevo, que la hermandad de Las Mercedes, mediante la señora María Isabel Cadenas Brouchou, encargó al Convento de las Benedictinas- en Buenos Aires-entregándoles la tela y el traje viejo; este último dejo tan admiradas a las hermanas encargadas del trabajo, por su magnífica factura e incrustaciones de pedrería, que resolvieron al considerándolo inigualable, recortar las partes menos arruinadas y coserlas directamente sobre la tela del traje nuevo confeccionado.
Alrededor del año 1954, la señora María Teresa Barbosa de Crudele, entregó a la Hermandad de las Mercedes, de su parte, dos trenzas cortadas a su hija, Zulema Rosa, y una de las suyas, para que con ellas se confeccionara una peluca a la imagen, cuyos cabellos estaban deslucidos.
La Hermana Carmelita, María Patrocinio de San José, tejió al crochet una cofia, adaptada a la cabeza de la imagen, sobre la cual se confeccionó, en una conocida casa de Buenos Aires la peluca, a la cual, cada una de las empleadas, le agregó una hebra de sus propios cabellos al conocer el destino que le estaba reservado a dicha peluca; la peluca que fue estrenada por la virgen en 1956. Al poco tiempo, una anónima devota, dejó sobre el comulgatorio de la iglesia, otra trenza, cuyo pelo era más oscuro que los anteriores; entonces la Hermandad resolvió hacer fabricar otra peluca, y a la vez, un traje más sencillo, que fue conocido familiarmente como “de entre casa”, para que la sagrada Imagen lo vistiera durante todo el año, también las joyas de la Virgen estuvieron depositadas en casas particulares hasta que fueron entregadas a la parroquia.
En la década de 1980 la dirección Eclesiástica de la Iglesia recibió una misiva procedente de La Cruz (Ctes), cuyo remitente corresponde al Párroco de esa localidad, Presbítero Ramón Mansilla, presentando su idea de levantar un monumento a la virgen por ser un pueblo muy cristiano, que manifiesta su profunda devoción a la Virgen De Las Mercedes, argumentando además que era oportuno realizar este proyecto en vísperas de los 150 años de la fundación de la Ciudad Mercedes. Las autoridades eclesiásticas recibieron con agrado esta iniciativa y en el mes de marzo se formó una comisión Pro Monumento, integrada por las Sras., Carmen Fernández Puente, Estela Regidor y María Luisa Páiz, inmediatamente tomaron contacto con el escultor Sr. Juan De María Sánchez de la ciudad de Corrientes, quien realizó esta obra gratuitamente por tratarse de una imagen Sacra; por otra parte, el Sr. Gustavo Meana, aceptó proyectar y dirigir el basamento.
El lugar elegido por los organizadores para erigir el monumento, fue una parcela ubicada a la entrada de la ciudad, perteneciente a los esposos Fiól- Stamatti quienes donaron el terreno e inmediatamente se realizó la escritura correspondiente.
La estatua se inauguró el 23 de septiembre de 1985, fue traslada hasta el pedestal levantado en la entrada oeste de la ciudad. La bendición se realizó en horas de la noche, encabezando la comitiva los Sacerdotes de nuestra comunidad, Diáconos, el Intendente Municipal Dr. Jorge Alberto Troncoso, Grupo Scout, bomberos voluntarios y multitud de fieles. La bendición estuvo a cargo del padre Julián Zini, luego hizo su presentación La Banda de Música del Regimiento, ejecutando música variada para el deleite de los presentes. Hoy La Virgen de las Mercedes, preside la entrada a la ciudad desde un monumento que se divisa a la distancia e inmaculada en su blancura, guía y protege a sus hijos.