Hablar de la hinchada de villa es redundar, decir cosas que ya todos saben: multitudinaria, popular, apasionada, seguidora y fiel.
Ciertamente a medida que las demás parcialidades como las de Itá Pucú y Purajhey se dispersan y se convierten en pequeños grupos diseminados por todos los sectores del sambódromo, lo cual le resta volumen de aliento, la de Villa se concentra en las tribunas y se hace fuerte en la muchedumbre que arrastra consigo, pues a la misma se le suman simpatizantes imparciales que se ven motivados por los cantos, las banderas y la lluvia de papelitos.
Este sábado 29 los hinchas de "la comparsa del pueblo" dieron una demostración de acompañamiento que erizaba la piel, conmovedoramente exultante y con un nivel de convocatoria que opacó a sus adversarias, y eso, aunque no figure en el dictamen de los jueces, incide en el comportamiento de sus comparseros, quienes inequivocamente se sienten impelidos a dar los mejor de sí mismos, sabiendo que más allá de los resultados, siempre tendrán a su poderosa hinchada para alentarlos.