Adiós a Che Peón. Falleció José Antonio Ansola
Murió José Antonio Ansola. ¿Murió? No, no murió, hombres como esos no mueren, subsisten vencen a la muerte se quedan para siempre. Siguen viviendo aunque ya no estén, sus espíritu se corporiza en ceda mencho que ensilla su caballo y arrea una tropa, en cada domador, que monte un bagual, en cada hombre cortés, respetuoso, honorable, sencillo y humilde.
Nació patrón. Fue peón. La atracción a la tierra, a las tradiciones, pudo más, que el poder económico. La alpargata, más que el zapato, la bombacha, más que el traje, el cinto rastra, el pañuelo celeste y el sombrero de ancha ala, a veces reemplazado por una gorra. La amplia sonrisa, era infaltable en su rostro. Cultivaba la amistad profunda y solidaria. José Antonio, fue un mencho disfrazado de patrón. Fue producto de la mágica tierra, un fiel heredero de las tradiciones más puras, no desató los vínculos que le unían con el pasado.
La anécdota: Relató una señora, que hacia como 35 o 40 años, su padre debía realizarse una operación. No tenía dinero. José Antonio les facilito la suma, para pagar la operación. La señora y su hermano, no lograban juntar el dinero para devolverlo. Pasaron más de dos años y el cobro de un retroactivo, en su empleo público, le posibilitó reunir la suma adeudada.
Fue a verlo a José Antonio – Vengo Señor a devolverlo lo que le debo.- ¿Vos me debes mi hija?
Yo no me acuerdo,-Usted me prestó el dinero para operar a papá y acá le traigo el dinero,-Tenelo vos, después me lo das- No! Yo quiero entregárselo yá- Dame un poco, el resto me lo das después- No yo quiero devolverle todo el dinero, Ud nos hizo un grandísimo favor y le estoy muy agradecida- Mi hija me da no se que quedarme con tu plata- No es mi plata, es suya Ud, me la prestó, ahora se la devuelvo. –La señora relata que José Antonio, no contó el dinero.- Cuéntelo-.
Si comparamos esta acción con otras en la que prestan dinero a un 10%, por uno pocos días, “parecido el cante” si empleamos una expresión autóctona.
Murió José Antonio ¿Murió? Fue a visitar a su mujer y tomar mate con su hijo. José Antonio es como las tradiciones, no mueren. Los patriarcas están siempre.
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